Lugares con encanto como Barahona y Pedernales considerada la zona de mayor biodiversidad de República Dominicana y donde se dan los más pronunciados contrastes en la naturaleza. ¿Dónde más puede uno estar en un desierto y pasar a un frondoso bosque de pinos en menos de media hora de recorrido? Pues en Barahona, Bahoruco y Pedernales hay varios casos, por ejemplo: el Hoyo de Pelempito, la Laguna de Oviedo y Cachote.
Las bellezas de la zona son innumerables y con una amplia bahía que baña algunas de las playas más espectaculares del país caribeño, como son San Rafael, Paraíso y Los Patos.
Aunque aparenta ser una pequeña región hay varias rutas de exploración y diversidad de actividades por lo que amerita unas tres o cuatro noches para poder conocer sus principales atractivos turísticos naturales.
Entre las visitas de interés no debe perderse de conocer el Lago Enriquillo, la atracción más emblemática de todo el suroeste y su gran población de cocodrilos americanos, iguanas y flamencos; la carretera panorámica que enlaza las playas y vistas de la costa; Villa Miriam; las minas de larimar; el Polo Magnético y Cachote.
Además, en Pedernales no puede dejar de visitar el Hoyo de Pelempito, una impresionante depresión geológica dentro de la sierra de Neiba; y las playas de Cabo Rojo y la ya famosa playa Bahía de las Águilas, considerada entre las más hermosas playas de República Dominicana.