Fuerteventura en Isla Canarias
Los kilómetros y kilómetros de arena blanca que se funden en las aguas color turquesa de esta isla hacen de las playas de Fuerteventura las mejores del archipiélago canario e incluso, del Atlántico. Las del Parque Natural de Corralejo, la de Caleta de Fuste, La Concha de la isla de Lobos y, sobre todo, las de la península de Jandía desprenden belleza por los cuatro costados.
Phuket en Tailandia
Phuket es la isla más grande de Tailandia y además de sus propios atractivos, es un punto base para recorrer la zona, sobre todo la espectacular bahía de Phang Nga, que adquirió fama mundial al servir de escenario a una de las secuencias más soberbias de la película El hombre de la pistola de oro, cuando James Bond acude al entonces remoto escondrijo del malvado Scaramanga. En esta zona hay decenas y decenas de islas e islotes que brotan como por arte de encantamiento en este mar de aguas transparentes que parece tomar siempre el color de las piedras preciosas: aguamarina, turquesa o esmeralda.
Seychelles
Es uno de los últimos paraísos tropicales prácticamente vírgenes, de esos que parecen existir solo en las películas, con una naturaleza prodigiosa lejos de la civilización. Esta república, ubicada al noroeste de Madagascar, está formada por 155 islas de origen granítico y coralino, rodeadas de playas de arenas blancas y bañadas por las cálidas y cristalinas aguas del océano Índico.
Bermudas
Fue el navegante español Juan Bermúdez el descubridor en el siglo XVI de este archipiélago situado en América del Norte, en el mar de los Sargazos, pero que forma parte del Territorio Británico de Ultramar. De las más de 150 islas que lo componen, la gran mayoría están deshabitadas y sus arrecifes de coral sumergidos bajo sus aguas son un paraíso para los buceadores.
Tahití
Las 118 islas altas y atolones que forman Tahití y sus islas son conocidas por su belleza geográfica. De las cumbres volcánicas de las Islas de la Sociedad a la galaxia de atolones que conforman el archipiélago de las Tuamotu o el escarpado esplendor de las Marquesas, las islas ofrecen un mundo perfecto de montañas, bosques tropicales, lagunas, playas y arrecifes. Pero existe otro mundo que iguala la belleza de estas tierras. Es el que se oculta bajo la superficie del mar. Estas cálidas y traslúcidas aguas, con una visibilidad de más de 30 metros son un universo de increíbles colores donde ninguna otra actividad resulta tan inigualable como el buceo.
Cayo Levantado en República Dominicana
Situada a la entrada de la Bahía de Samaná, Cayo Levantado es una isla de apenas 1 kilómetro cuadrado de ambiente tropical caribeño. Es un lugar perfecto para escaparse un día y disfrutar de sus dos playas de aguas turquesas y arena blanca, ideales para nadar o practicar snorkel. La isla es también conocida como 'Isla Bacardi' porque en ella están las palmeras que aparecen en los anuncios de la conocida marca de ron.
Cayo Largo en Cuba
Cayo Largo es un pequeño cayo enclavado en el extremo este del archipiélago de los Canarreos frente a la costa sur de Cuba. La estrecha isla caliza posee 24 kilómetros de playas de blancas arenas, nutridos manglares y abundante vida silvestre, entre la que se incluyen tortugas e iguanas.
Jamaica
Imagina un lugar donde las Montañas Azules dan paso a las verdes llanuras, a largos ríos plagados de recónditos enclaves, a playas doradas con aguas turquesas y a ciudades de rico pasado colonial que vibran a ritmo de reggae y ofrecen algunos de los mejores ejemplos de pintura, escultura y alfarería de todo el Caribe… Este paradisíaco destino es Jamaica, donde disfrutar de una estancia relajante y de una naturaleza prodigiosa, que combina diversión y relax.
México
Ruinas mayas, selva tupida y bellas playas caribeñas se conjugan en Tulum, en el estado de Quintana Roo, que contiene los únicos vestigios de la civilización maya que se han conservado junto al mar.
Fernando de Noronha en Brasil
Patrimonio de la Humanidad por su alto valor ecológico, el archipiélago brasileño Fernando de Noronha, formado por una veintena de islas, es el mejor ejemplo de que Brasil no puede quejarse de paisajes impresionantes ni playas de ensueño. Aquí no faltan ni inmensos arenales como los de la Praia da Conceição o la Baía do Sancho, ni sobrecogedores parajes, como los roques que se erigen sobre un mar de color turquesa.