Carcassonne está dividida por el río Aude en dos zonas; la ciudad moderna y por el otro su villa medieval que tanto atrae al turismo en Francia. Por la parte nueva pasa el Canal du Midi, una importante obra de 240 km que conecta el océano Atlántico con el mar Mediterráneo enlazando a su paso distintas ciudades francesas. Recorrer sus aguas atravesando paisajes deslumbrantes de hermosas arboledas, viñedos, diferentes puentes y compuertas resulta una experiencia de lo más encantadora.
Conocida como la Cité, la villa medieval está considerada una de las ciudades fortificadas más grandes de Europa. Se accede por el Pont Vieux, puente antiquísimo que liga ambas orillas del río Aude y conforma un paisaje de ensueño donde el verde de las praderas y pequeñas sierras arboladas acompañan de manera armoniosa los tonos amarronados y ocres de este conjunto histórico declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La Cité está fortificada con una impresionante muralla que rodea todo su perímetro. Hacia el siglo XIX sus muros se encontraban en un estado de notable deterioro por lo que se sugirió su demolición. Esto produjo un gran revuelo. Escritores e historiadores se opusieron y promovieron una campaña para preservar esa reliquia del pasado. Finalmente en 1849 se le designó al arquitecto Eugène Viollet-le-Duc la restauración del lugar logrando reconstruir este importante legado histórico.
Al pasar esta imponente frontera se descubre una villa de grandes dimensiones recorrida por angostas e irregulares callecitas que conducen a monumentales edificaciones. Entre ellas se destacan el Castillo Condal (Château Comtal) que data del siglo XII, la Basílica Saint-Nazaire del siglo XI y la Catedral del siglo XIII. También es necesario mencionar a la Puerta de Narbonne con sus dos inmensas torres y la Puerta de Aude que da al río del mismo nombre.
En la Cité no vive prácticamente nadie, ya que es un sitio dedicado exclusivamente a la actividad turística, las antiguas casas hoy se han convertido en pequeñas tiendas, hoteles, cafeterías. Además de restaurantes donde degustar diferentes platos como el imperdible cassoulet: un guiso típico de la zona, especial para los días fríos, elaborado con carne de cerdo, pato, panceta, porotos y diversas verduras que se sirve en cazuela de barro.