Turismo en Eslovaquia

Situado en pleno corazón de Europa, Eslovaquia es un país que merece la pena viajar hasta allí y así poder descubrir todo su encanto paisajístico y cultural. Una gran porción de su superficie esta ocupada por montañas y bosques. Es un verdadero paraíso salvaje para los turistas amantes de la naturaleza con numerosas posibilidades para el senderismo, el montañismo o simplemente para contemplar sus bellos paisajes.


Por su situación geográfica tan especial, en pleno centro de Europa, Eslovaquia ofrece ejemplos arquitectónicos y artísticos de las grandes corrientes artísticas europeas, donde podremos descubrir desde palacios góticos y barrocos, castillos y hermosas iglesias de madera típicas de la arquitectura eslovaca.

Eslovaquia limita al norte con Polonia, al este con Ucrania, al sur con Hungría, al oeste con Austria y al noroeste con República Checa. Tiene una población de 5.389.180 habitantes y su capital es Bratislava con 425.155 habitantes. Los Montes Cárpatos ocupan toda la zona septentrional del país.

El Río Danubio representa una gran vía de comunicación y pone en contacto el territorio eslovaco con los puertos del Mar Negro. En las grandes extensiones de bosques y montañas se encuentran numerosos parques y reservas naturales con especies animales y plantas autóctonas, que nos recuerdan a la naturaleza es su forma más salvaje.

Bratislava capital de Eslovaquia


Bratislava es la capital eslovaca, y se extiende en las dos riveras del Danubio al pie de los majestuosos Cárpatos. Curiosamente la ciudad es frontera de dos países, al sur con Hungría y al oeste con Austria. Esta situación confiere a la capital un ambiente especialmente atractivo para el turismo.


Entre los monumentos más destacados están su castillo, puesto fronterizo romano y que actualmente alberga el Museo de Historia y del Tesoro, también la antigua muralla medieval, el Palacio Primero, la Catedral de San Martín que data del siglo XV, las iglesias de Santa Isabel, conocida como la Iglesia Azul por sus esmaltes, y de la Trinidad o de los Capuchinos.

Entre las construcciones contemporáneas, merecen atención el moderno Puente Nuevo sobre el Danubio y la vanguardista sede de Radio Eslovaquia, que presenta una curiosa forma de pirámide invertida. También tienen valor cultural los escenarios de los primeros conciertos en Bratislava de Wolgang Amadeus Mozart, que debutó con seis años, y de Frank Listz, con nueve años.

Imperdibles monumentos artísticos


Al hacer turismo en Eslovaquia podremos conocer valiosos atractivos turísticos de la época medieval que aún hoy se conservan, obras maestras del gótico como la Catedral de Santa Isabel en Kosice, San Martín en Bratislava o San Nicolás en la ciudad de Presov.

Los numerosos años de dominio húngaro también dejaron su huella en el arte y sobre todo en la arquitectura con castillos como los de Devin, Trencin y Spis, o el Palacio del Capitán en Bratislava. También el barroco y el renacimiento podremos apreciar durante un viaje a Eslovaquia. Además se puede apreciar en las principales ciudades la influencia de la época comunista con su realismo socialista.


De creación contemporánea destacan el Puente Nuevo, el vanguardista edificio de Radio Eslovaquia y el Memorial Antifascista de Banska Bystrica, mientras que por sus dimensiones cabe destacar la oficina central de Correos de Bratislava, construida por los soviéticos.

Pero una de las más fascinantes características culturales de Eslovaquia son sus iglesias y templos de madera. La abundante madera de los Cárpatos fue la materia prima que ayudó al desarrollo de un estilo arquitectónico típico y único en el mundo, con alguna influencia romana y bizantina. El edificio de este estilo más antiguo es del siglo XV.

De las más de 300 iglesias y templos que se llegaron a construir de las diferentes confesiones, las guerras, las invasiones y demás avatares de la historia de Eslovaquia, han hecho que en la actualidad solamente se conserven 50 iglesias, la mayoría de ellas ortodoxas, y todas ellas en el noreste del país. Este tipo de iglesias son una verdadera joya de la arquitectura.

También se pueden admirar ocho iglesias evangelistas de las llamadas articuladas por ser realizadas según las normas recogidas en el articulado de una ley del rey Leopoldo I en 1681, las iglesias además de la particularidad de estar hechas de madera, no podían tener base, ni clavos, ni torres, ni campanarios.

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