Tortuguero es famoso por el desove de tortugas en sus playas. También existen cantidades de monos, ranas, iguanas, peces, cocodrilos, manatíes, pumas y muchas otras especies de animales y aves acuáticas.
Entre los meses de julio y septiembre, en el Parque Nacional de Tortuguero puedes vivir una experiencia única, es la época en la que las tortugas verdes, este enorme reptil marino que llega a superar en la edad adulta, el metro y medio de largo y hasta los 300 kilos de peso, llegan a esta zona para el desove, la principal del hemisferio occidental.
Entre febrero y julio, aunque en menor medida, las que acuden a Tortuguero son las tortugas baula, más grandes todavía e igualmente marinas. De hecho, los machos nunca salen del agua y las hembras, tras increíbles migraciones a través del océano, apenas lo hacen cada tres o cuatro años, para desovar en la misma playa en la que nacieron.
Este territorio virgen sembrado de canales y lagunas navegables en la vertiente caribeña de Costa Rica es el destino también de otras especies marinas, como la diezmada tortuga carey, principalmente desde mayo hasta octubre; y la caguama, que protagoniza, igual que las anteriores, emocionantes avistamientos.
Generalmente de noche, las tortugas con su aspecto prehistórico y su inmensa dificultad para desplazarse por tierra firme, se arrastran hasta una zona de la playa a la que no pueda llegar la marea, para excavar en la arena un hoyo de cerca de medio metro de profundidad en el que proteger el centenar de huevos que llega a poner cada una.
Pocos meses después, millones de crías recién salidas del nido ofrecen un espectáculo igualmente emocionante al abrirse, intuitivamente, camino hacia el mar. La mayoría sin embargo no llegarán a adultas. Las que hayan sobrevivido a los zopilotes y cangrejos, o a otras tortugas en busca de nido para sus propias crías, y por supuesto al hombre, todavía tendrán que enfrentarse a los predadores que les aguardan mar adentro. Pero los ejemplares que lleguen a la edad reproductiva regresarán durante toda su vida a estas mismas costas a depositar sus huevos.
Además de este plato fuerte de la naturaleza, que se despacha a los visitantes en forma de caminatas nocturnas por la playa, rigurosamente vigiladas para no molestar a los animales, el Parque Nacional Tortuguero, dueño de una buena porción del bosque tropical húmedo que hasta hace poco más de cincuenta años tapizaba casi todo el noreste de Costa Rica, nos permite también admirar la despampanante biodiversidad de un espacio protegido de 26.156 hectáreas sin contar las más de 50.000 de zona marina consagrada a las tortugas, creado en 1975.
A bordo de excursiones en lancha entre sus canales y manglares, preferiblemente al amanecer y al atardecer, es posible salir a la busca de sus cerca de cuatrocientas especies de árboles, como uvas de playa, icacos, palmas, sangrillos, pilones, jícaros, etc. Alrededor de 2.200 tipos de otras plantas más variedad de aves de las que suma Europa entera y mamíferos, algunos de ellos en peligro de extinción, como el manigordo, la danta, el manatí, perezosos, caimanes y, con mucha fortuna, también jaguares, grandes depredadores de las tortugas cuando salen a desovar. Constituyendo así, un estupendo paraíso para el ecoturismo en Costa Rica.